¿A quiénes amar?

¿A quiénes amar?
A todos mis hermanos de humanidad.
Sufrir con sus fracasos, con sus miserias, con la opresión de que son víctimas.
Alegrarme de sus alegrías.
Encerrarlos en mi corazón, todos a la vez. Cada uno en su sitio.
Ser plenamente consciente de mi inmenso tesoro
y con ofrecimiento vigoroso y generoso, ofrecerlos a Dios.
Hacer en Cristo la unidad de mis amores:
riqueza inmensa de almas plenamente en la luz.
Todo esto en mí como una ofrenda,
como un don que revienta el pecho:
movimiento de Cristo en mi interior
que despierta y aviva caridad,
movimiento de la humanidad, por mí hacia Cristo.

(Extracto de una oración de san Alberto Hurtado, SJ)