Coloquio de las tres gracias

Siento el deseo y la necesidad de pedirte tres gracias. Digo ‘gracia’ porque sé que es algo que necesito para encontrar el sentido de mi vida; que es algo que yo por mí mismo no puedo alcanzar y que sólo tú me puedes conceder desde la riqueza de tu amor. Señor, que viva de tal manera atento a la escucha de tu Palabra, que casi sin darme cuenta, siempre irradie la luz de tu Reino a mi alrededor. Infunde en mi corazón una esperanza a prueba de toda oscuridad. Que viva convencido de que sólo tú tienes palabras de vida eterna, que sólo tu tienes la palabra definitiva sobre la realidad de la vida y del mundo. Haz Señor, que yo sea un campo abierto y soleado, siempre dispuesto a acoger la semilla de tu Palabra para que arraigue en mí y dé mucho fruto. Que sólo tu Palabra sea mi riqueza y mi tesoro. Ya ves, Señor: sólo te pido esas tres gracias. Me dispongo a recibirlas. Escucha Señor mi oración que nace de un gran deseo interior. (Pep Baquer, SJ)