Sigo a un hombre llamado Jesús (Fragmento)
Sigo a un hombre que me agarró por el centro de la vida,
por mi profunda interior raíz, por lo mejor de mí mismo.
Sigo a un hombre que me quiere libre, sin cadenas.
Sigo a un hombre que, siendo mi Señor, es mi mejor amigo.
[…]
Si ustedes han escuchado su voz o su murmullo;
su canto, su dura y suave verdad…
Si ustedes han divisado su gesto o han percibido su estilo
de hacer grandes cosas al tamaño de los pequeños…
Si ustedes han pedido perdón y han recibido a torrentes la paz
de un abrazo invisible…
Si ustedes han sentido un cierto perfume sobrio de esperanza,
y han gustado un pan con sabor a trabajo y a cansancio de pobres…
Si ustedes lo han divisado en la larga fila de los que lloran…
Si lo han encontrado entre los perseguidos, los postergados,
los desaparecidos, los exiliados, los marginados…
Si ustedes han tocado unas manos heridas, traspasadas de clavos,
pero llenas de la fuerza del Espíritu…
Déjenme que les diga: ese es Jesús, el Maestro, que nos llama.
(Esteban Gumucio ss.cc)