Miradas

Por encima del hombro la mirada impasible, la distancia insalvable, el muro de silencio, el desprecio inclemente. Por encima del hombro la soberbia crecida, la condena sin juicio, el gesto de reproche, la visión sin historia. Hay que darse la vuelta, y mirar frente a frente, rostro a rostro, para descubrir en las lágrimas ajenas las propias tormentas. Hay que desarmarse de razones y leyes, para cargarse de humanidad y evangelio. Y entonces, entre errores y nuevos proyectos, levantarse unos a otros hasta volar de nuevo. (José María R. Olaizola, sj)