Curiosa forma de pagarnos

Me descolocaba
tu justicia extraña,
esa forma de medir
que olvidaba las horas trabajadas.
Me enfadaba
con los que hicieron menos,
creyeron menos,
sacrificaron menos,
y me indignaba contigo,
que parecías no ver nada.
Intentaba negociar
mejor paga,
algún reconocimiento,
una que otra medalla.
Me dolía lo injusto de tu salario.
Me extrañaba lo ilógico de tus premios.
Me mordía –reivindicación y envidia–
la suerte de los jornaleros de la última hora.
Hasta el día en que yo fui
el último,
el más zoquete,
el más frágil,
el más malo,
el más amado… …
y empecé a entender.

(José María R. Olaizola, sj)