Constancia de Dios

No desistas, Señor, sigue insistiendo
en venir a nosotros, en hacerte
vecino del dolor y de la lágrima.
Ven más cada mañana,
nunca dejes de acercarte.

Sucede que la arcilla es así,
que está rajada
de añoranza y de amor
y nuestro cántaro
se nos queda sin sol,
se cuela el agua hacia Ti.

Sigue empeñado,
a pesar de nosotros y la aurora,
viniendo a nuestra sed.

Llegará un día
en que todo estará
como Tú quieras.

(Valentín Arteaga)