Tú eres mi pastor
Tú eres mi pastor, nada me falta,
en verdes praderas me haces recostar;
me conduces hacia fuentes tranquilas
y reparas mis fuerzas;
me guías por senderos de justicia
como pide tu nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo: tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Tu bondad y lealtad me acompañan
todos los días de mi vida;
y habitaré en tu casa, Señor, por días sin término.