Cristo total (fragmento)
Jesucristo, nos dirigimos a Ti,
no como a un lejano horizonte.
Tú estás cerca, eres el alma de nuestra alma,
la intimidad de nuestra intimidad.
Siempre estamos contigo,
porque somos carne de tu carne;
somos tu cuerpo.
Todo lo que sucede en el mundo,
sucede dentro de nuestro Cuerpo de Cristo.
Cada acto repercute en todos y cada uno.
Nuestra pequeña tarea,
nuestro esfuerzo minúsculo,
tiene una potencia infinita
porque es una gota en el caudal
que empuja la turbina.
Por esto el mundo es sagrado:
la calle está llena de Cristo.
Reverentemente hay que recoger
todas las migajas de hombre,
porque allí estás Tú, Jesucristo.
Si supiésemos ver, todo sería un éxtasis.
Te amaríamos también
en estos miembros magullados
de tu eterna crucifixión.
Gracias, Señor,
porque aun nuestra tarea profana
es un gesto tuyo.
Para hallarte no hay que retirarse en el egoísmo;
por el contrario, hay que sumergirse más en las cosas,
hasta lo más profundo:
exprimirlas hasta que gotee tu presencia.
(Luis Espinal, sj: Oraciones a quemarropa)
no como a un lejano horizonte.
Tú estás cerca, eres el alma de nuestra alma,
la intimidad de nuestra intimidad.
Siempre estamos contigo,
porque somos carne de tu carne;
somos tu cuerpo.
Todo lo que sucede en el mundo,
sucede dentro de nuestro Cuerpo de Cristo.
Cada acto repercute en todos y cada uno.
Nuestra pequeña tarea,
nuestro esfuerzo minúsculo,
tiene una potencia infinita
porque es una gota en el caudal
que empuja la turbina.
Por esto el mundo es sagrado:
la calle está llena de Cristo.
Reverentemente hay que recoger
todas las migajas de hombre,
porque allí estás Tú, Jesucristo.
Si supiésemos ver, todo sería un éxtasis.
Te amaríamos también
en estos miembros magullados
de tu eterna crucifixión.
Gracias, Señor,
porque aun nuestra tarea profana
es un gesto tuyo.
Para hallarte no hay que retirarse en el egoísmo;
por el contrario, hay que sumergirse más en las cosas,
hasta lo más profundo:
exprimirlas hasta que gotee tu presencia.
(Luis Espinal, sj: Oraciones a quemarropa)