Seguirte

Ayúdame, Señor, a seguirte,
a unir mi vida con la tuya
y vivir el sueño que tienes para mí…
Mírame en mi confusión,
y permíteme sentir tu presencia.
Lo único que me pides siempre
es que no me esconda de ti,
que no escape a tu amor.
Quiero amarte y estar contigo,
hablarte, y simplemente
estar en tu presencia.
Permíteme verme a mí mismo,
en la luz de tu misericordia
y elegirte siempre.
Amén.

(Henri Nouwen)