Talita Kum
Ahora. Levántate.
No te dejes morir
en muertes cotidianas
que acallan el verso,
que secan el alma
y frenan el paso
hasta dejarte inerte
No mueras en vida,
sepultado por nostalgias,
rendido antes de tiempo,
consumido por dentro.
No permitas que te envenene
el odio, ni dejes
que la amargura –¿o es miedo a vivir?–
haga de tu corazón una losa.
Levántate.
Sostenido por la memoria
de buenos amigos y buenos momentos,
confiado en un hoy grávido de oportunidades.
Movido por la esperanza en lo que ha de llegar.
Levántate, agradecido por tanto…
Ama,
descubre los milagros ocultos,
cree.
Y pelea, si hace falta,
la batalla nuestra de cada día.
Que eso es ser humano.
Levántate.
Ahora.
(José María R. Olaizola sj).
No te dejes morir
en muertes cotidianas
que acallan el verso,
que secan el alma
y frenan el paso
hasta dejarte inerte
No mueras en vida,
sepultado por nostalgias,
rendido antes de tiempo,
consumido por dentro.
No permitas que te envenene
el odio, ni dejes
que la amargura –¿o es miedo a vivir?–
haga de tu corazón una losa.
Levántate.
Sostenido por la memoria
de buenos amigos y buenos momentos,
confiado en un hoy grávido de oportunidades.
Movido por la esperanza en lo que ha de llegar.
Levántate, agradecido por tanto…
Ama,
descubre los milagros ocultos,
cree.
Y pelea, si hace falta,
la batalla nuestra de cada día.
Que eso es ser humano.
Levántate.
Ahora.
(José María R. Olaizola sj).