Bendito sea Dios
¿Sabes lo que te digo? Que bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. ¿Te das cuenta de cuánto bueno nos ha dado en Jesús? Dios nos ha elegido, a cada uno de nosotros, desde siempre, para que vivamos en el amor. Nos ha consagrado, es decir, que nos ha hecho capaces de transparentar al mismo Dios. Y en Jesús nos abrazó, para siempre… Dios sabe quién es cada uno de nosotros, sabe quién eres tú, y cree en ti profundamente.
Yo, su testigo, su apóstol, también me doy cuenta de quién eres, de cómo amas, de cómo peleas por la fe, de cómo a veces te bandeas en la tormenta, y te alegras en lo cotidiano. Sólo puedo darle gracias a Dios por ti, por tu vida. Rezo por ti, y pido que el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de la Gloria, te conceda un espíritu de sabiduría y revelación, para que lo conozcas en lo profundo. Que te ilumine para que vivas en la esperanza a la que te llama, y para que poseas la riqueza de quienes se consagran a su evangelio.
(Rezandovoy, adaptación de Ef 1, 3-6.15-18)
Yo, su testigo, su apóstol, también me doy cuenta de quién eres, de cómo amas, de cómo peleas por la fe, de cómo a veces te bandeas en la tormenta, y te alegras en lo cotidiano. Sólo puedo darle gracias a Dios por ti, por tu vida. Rezo por ti, y pido que el Dios de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de la Gloria, te conceda un espíritu de sabiduría y revelación, para que lo conozcas en lo profundo. Que te ilumine para que vivas en la esperanza a la que te llama, y para que poseas la riqueza de quienes se consagran a su evangelio.
(Rezandovoy, adaptación de Ef 1, 3-6.15-18)