¿Quién te separará de mi amor?

Hijos míos, si yo estoy con vosotros, ¿quién estará en contra? Yo que entregué a mi propio hijo a una vida vivida hasta el final, hasta el punto de dar la vida por vosotros, por mostrar mi amor, mi justicia, y mi verdad, ¿qué más me falta por daros?
¿Quién os va a acusar? Yo soy el juez y os declaro inocentes. ¿Quién os va a condenar? No será Cristo, que, por no condenar ni a justos ni a pecadores murió, más aún, resucitó y está a mi derecha, e intercede por todos vosotros. ¿Quién podrá apartaros del amor de Cristo? ¿la aflicción? ¿la angustia? ¿el hambre? ¿la desnudez? ¿el peligro? ¿la espada? A todo eso lo venceréis fácilmente con la ayuda de Quien os ha amado hasta el extremo. Estad convencidos de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni el tiempo, ni el espacio, ni criatura alguna podrá apartaros de mi amor, manifestado en Cristo Jesús, vuestro señor

RV (adaptación de Rom 8,31b-35.37-39)