Vocación

Soy un trabajador que se te ofrece
para construir el Reino de tu Padre.
Cuéntame entre los pobres albañiles
contratados al filo de la tarde.

Perdí el tiempo en la plaza de la vida,
obseso por demonio, mundo y carne.
Hoy que cruzas al lado y que me miras,
ya no quiero, Señor, abandonarte.

Págame lo que sea. Mi alegría
será servirte pase lo que pase.
Soy un inútil… Pero ¿a qué te digo
lo que de sobra, desde siempre, sabes?

Cuando ya el Sol, a punto de esconderse, l
a hora justa del salario marque,
lo que mi corazón de Ti reciba,
desde hoy lo sé, me lo darás de gratis.

(Luis Carlos Flores Mateos, SJ)