Aviso a Judas

No siempre me tendréis con vosotros.
Habrá días de oscuridad y ausencia.
Etapas en que la fe vacile.
Jornadas en que olvidéis los motivos.
Otras voces sepultarán la mía.
Confundiréis el evangelio
con manuales de rutinas.
Congelaréis mi imagen
en una obsesión.
Adoraréis becerros de oro
creyendo que me dais culto.
30 monedas de plata
será el precio del abandono.
Ojalá despertéis del engaño
al celebrar mi memoria.
Que la palabra,
proclamada de nuevo,
descoloque las piezas
de ese mosaico inerte
en que habéis convertido
mi mensaje.
Si no estáis dispuestos
a derramar el perfume más valioso
por responder a mi llamada,
es que aún no habéis entendido
quiénes sois, y quién soy.

(José María R. Olaizola, SJ)