Tríptico familiar

Soy hijo menor cuando derrocho mis días
con historias sin sustancia ni vida.
A veces también yo me fugo del hogar
buscando la alegría fuera,
hasta que me doy de bruces
y recuerdo que todo lo que anhelaba y buscaba
estaba en casa.

A veces como el hijo mayor
permanezco sin salir a mundos externos,
pero mi corazón y mi mente
viajan lejos fantaseando espejismos de humo,
vidas de otros, escaparates engañosos.
Y me instalo en la queja y el resentimiento,
en la obligación del cumplimiento sin amor.
Estando en casa, pero viviendo con el corazón muy lejos.

Por eso acudo a ti, Dios Padre y Madre,
para sentir tu abrazo rodeando con ternura
al hijo menor y al hijo mayor
que conviven en mi alma.
Haz que, al sentir tu amor incondicional,
mis manos se conviertan en las tuyas
para que también yo vaya abrazando
soledades y tristezas
de tantos hijos menores y mayores
que transitan sin rumbo por la historia

(Fermín Negre)