Conviérteme en tu testigo

Oh, Dios, confíame tu juicio, conviérteme en portador de tu justicia
Que me dirija a las personas con justicia, a tus afligidos con cercanía.
Que por las calles y las casas se extienda tu paz por la justicia.
Que defienda a la gente oprimida.
Que salve a las familias pobres y plante cara al opresor.
Señor, que en mi entorno la honradez sea la norma,
y que a nadie le falte lo básico para vivir.
Que tu justicia domine de mar a mar, de país a país, de pueblo a pueblo.
Y cuando la gente me vea, que intuyan Tu nombre, que mi vida hable de ti,
mi palabra cante tu gloria, y mis acciones sean tu bendición.
Tras las huellas de tu Hijo, el primero, el maestro. Amén

(El salmo 72 de otro modo, por Rezandovoy)