Hambre de ti

Hambre de Ti nos quema, Muerto vivo,
Cordero degollado en pie de Pascua.
Sin alas y sin áloes testigos,
somos llamados a palpar tus llagas.

En todos los recodos del camino
nos sobrarán Tus pies para besarlas.
Tantos sepulcros por doquier, vacíos
de compasión, sellados de amenazas.

Callados, a su entrada, los amigos,
con miedo del poder o de la nada.
Pero nos quema aún tu hambre, Cristo,
y en Ti podremos encender el alba.

(Pedro Casaldáliga)