De la 'Autobiografía' de san Ignacio

«Y el Señor me fue dando salud. Poco a poco me fui hallando mejor, alejándome del peligro de muerte. Sin embargo, no podía sostenerme aún sobre la pierna herida, así que me era forzado permanecer en el lecho durante días y noches. Pedí entonces que se me trajeran libros de caballerías que tanto me gustaban. Libros con los que pasar el tiempo donde se narraban las glorias de héroes mundanos y falsos. Mas en toda la casa no se halló ninguno de esos por lo que me trajeron un libro sobre la vida de Cristo y de la vida de los santos».