Yo te protejo

Yo te protegeré, hijo mío, hija mía, a ti que te refugias en mí. Tú me dices lo mucho que te importo. Mientras tantas personas me dan la espalda, se ponen otras metas, y se hacen pequeños ídolos intrascendentes, tú eliges creer en mí y vivir mi Reino. Yo soy tu herencia. Yo soy el manjar para que te alimentes, y el vino de tu copa. Tu suerte está en mi mano. Tú me tienes siempre presente, y sabiendo que voy contigo no tendrás miedo ni vacilarás. Yo te enseñaré el sendero de la vida. Y te inundaré de gozo, de alegría perpetua cuando estés conmigo…

(El Salmo 15, a la manera de Dios, Rezandovoy)