Él nos amó primero

Cuando me describes,
muestras la belleza
que todos ignoran.
Cuando me convocas,
al decir mi nombre
cantas de contento.
Cuando yo me alejo,
cuentas cada hora
hasta que regreso.

Eres quien comprende
lo que yo no entiendo.
Eres quien escribe
con mis garabatos
los versos más ciertos.
Eres quien me saca
de los laberintos.
Eres quien disipa
mis abatimientos.
Eres, en mis dudas,
el ancla que aferro.
Eres, en mis noches,
el faro que guía
mi llegada a puerto.
Eres la sonrisa
que calma mi furia.
Eres la caricia
que alivia mi duelo.

Eres la promesa,
la pasión luchada,
la muerte vencida,
el amor primero.

(José María R. Olaizola, sj)