Diálogo con Juan

Lo que existía desde el principio, lo que yo pude oír cuando le escuchaba hablar; lo que vi con mis propios ojos, en esos años en los caminos; lo que mis manos palparon, cuando toqué sus heridas, y cuando, a su modo, aprendí a tocar a los intocables. La Palabra de la vida, Jesús, se hizo visible, y yo lo vi. Y te lo cuento a ti y te anuncio que en Él se hizo visible la eternidad junto al Padre. Todo esto que he visto y oído te lo cuento, para que así también tú te unas a mí, y al Padre, y al Hijo, y a tantas personas que comparten la misma fe. Te lo cuento para que tu alegría sea plena.
(RV, adaptación en singular de 1Jn 1, 1-4)