Coloquio del nombre nuevo

Señor Jesús: quiero poner delante de ti mis rasgos de “vejez prematura” aunque sea joven. Me siento a veces marcado por el pesimismo de pensar que es imposible vivir la novedad del Evangelio, de no creer que tú puedes hacer nacer de mí un hombre o una mujer nuevos. Aumenta mi fe…
Abre también mis labios para decir palabras de aliento, ternura, ánimo y confianza a los que me rodean…
Dame tú un nombre nuevo: no el que esperan de mí los demás, ni siquiera yo mismo, sino el que tú tienes pensado para mí y que siempre será el de “amado por ti” y “acogido por tu misericordia y tu gracia”.