Salmo16 (a la manera de Dios)

Cuando despiertes, te saciarás de mi semblante. No temas.
Yo escucho tu apelación, atiendo a lo que me dices. Presto oído a tus súplicas, pues sé que cuando brotan de lo profundo, en tus labios no hay engaño.
Sé que has caminado con firmeza por mis caminos, y que tus pasos no vacilaron. Invócame, que yo te responderé, yo que soy tu Padre. Escucho tus palabras, las que pronuncias y las que ni te das cuenta de que me diriges. Yo te protegeré como al bien más preciado, te guardaré a la sombra de mis alas. Tú sigue llamándome, también en la noche, y al despertar te saciarás de mi semblante.

(Rezandovoy)