Vida contaminada
Respiramos la cultura
que nos envuelve a todos,
el oxígeno que nos da vida
y los virus que nos socavan.
Bebemos las relaciones
que llegan a nuestro rostro,
el agua que nos hidrata
y las bacterias que nos minan.
No podemos andar por la calle
con una máscara en la cara
que nos aparte del pueblo
para filtrar los cantos y los besos.
No podemos huir al vacío
de la soledad y la asepsia
donde no hay vida ni muerte
luchando por el futuro.
Al acoger en nosotros
la vida contaminada,
te acogemos a ti,
que estás dentro de la vida,
y la purificas con tu aliento
en el horno ardiente
de nuestra intimidad.
(Benjamín González Buelta, sj)
que nos envuelve a todos,
el oxígeno que nos da vida
y los virus que nos socavan.
Bebemos las relaciones
que llegan a nuestro rostro,
el agua que nos hidrata
y las bacterias que nos minan.
No podemos andar por la calle
con una máscara en la cara
que nos aparte del pueblo
para filtrar los cantos y los besos.
No podemos huir al vacío
de la soledad y la asepsia
donde no hay vida ni muerte
luchando por el futuro.
Al acoger en nosotros
la vida contaminada,
te acogemos a ti,
que estás dentro de la vida,
y la purificas con tu aliento
en el horno ardiente
de nuestra intimidad.
(Benjamín González Buelta, sj)