Contigo

Iré contigo,
sin tejer nidos
con ramas que se secan
y esconden el horizonte
con su redonda caricia.

Sin los atajos de la prisa
que ignoran los paisajes,
atropellan los instantes,
ni besan ni respiran.

Sin girar sobre mí mismo,
rueda atascada en la queja
de lodos viejos y podridos
sin sol y sin hermanos.

Iré contigo,
que oyes con corazón hospitalario
para sanar todos los lamentos,
que abrazas las últimas espaldas
para avanzar con todos y a tiempo,
que llegas en todo ahora
para estar partiendo siempre.

(Benjamín G. Buelta, SJ)