Los símbolos nos llaman
Los símbolos más nobles,
Reino, pobres,
justicia, libertad,
a veces nos llaman,
pero heridas hondas
ponen en la ruta
espejos engañosos
que nos devuelven
a nosotros mismos.
Y nos perdemos confusos
en nuestro propio laberinto
de tortuosas búsquedas
para tratar de llenar
nuestras oquedades personales,
mientras nombramos absolutos.
Los símbolos más nobles,
Reino, pobres,
justicia, libertad,
a veces encienden
nuestra fantasía
aterida y rutinaria,
y ponen en camino
el cuerpo y el espíritu,
y nos unifican como el fuego
ardiendo en el riesgo
donde se disuelven las cadenas.
Una atracción de eternidad
nos mueve hacia adelante,
atravesando de absoluto
el instante y la tarea.
(Benjamín González Buelta, sj)
Reino, pobres,
justicia, libertad,
a veces nos llaman,
pero heridas hondas
ponen en la ruta
espejos engañosos
que nos devuelven
a nosotros mismos.
Y nos perdemos confusos
en nuestro propio laberinto
de tortuosas búsquedas
para tratar de llenar
nuestras oquedades personales,
mientras nombramos absolutos.
Los símbolos más nobles,
Reino, pobres,
justicia, libertad,
a veces encienden
nuestra fantasía
aterida y rutinaria,
y ponen en camino
el cuerpo y el espíritu,
y nos unifican como el fuego
ardiendo en el riesgo
donde se disuelven las cadenas.
Una atracción de eternidad
nos mueve hacia adelante,
atravesando de absoluto
el instante y la tarea.
(Benjamín González Buelta, sj)