Toma, Señor

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi capacidad de decidir, de elegir, de poner metas en la vida. Quiero que tú guíes mis caminos.

Toma, Señor, mi memoria, todos mis recuerdos, tantos nombres, tantas historias, tantas imágenes que me acompañan en la vida.

Toma, Señor, mi entendimiento, mi búsqueda de sentido, mi hambre de verdad y de respuestas, mi inteligencia, que quiere comprender el mundo a tu modo.

Toma, Señor, toda mi voluntad. Lo que deseo, lo que anhelo, lo que persigo cada día. Lo que me mueve y tira de mí. Ojalá seas tú y tu proyecto.

Toma, Señor, todo mi haber y mi poseer; mis bienes, mis seguridades, las personas que me hacen sentir seguro, los recursos que acompañan mi vida, mis talentos y capacidades… Tú me lo diste, a ti, Señor, te lo entrego, todo es tuyo.

Dispón de todo lo que he sido, lo que entiendo y lo que anhelo, a toda tu voluntad. Porque sé que todo lo que tú eres me llena.

Dame tu amor y tu gracia que esta me basta.

(adaptación de Tomad, Señor de Ignacio de Loyola)