El Dios impredecible

Quienes huyen de la imagen de un Dios enojado
no entienden que entero Dios se hizo hombre, no para vigilarlo
sino para acompañarlo.
Yo te conozco porque caminás conmigo como amigo y peregrino.
Algunos buscan un Dios conquistable,
pero se olvidan de que la relación con vos
se construye cada vez, en cada mirada.
Unos eruditos predican un Dios
que entra en los renglones de sus libretas
Y vos, resucitando, me mostrás que sos el libro de la vida.
Hay quienes le rezan a un Dios mágico y predecible.
Pero vos y yo sabemos que cada día
me invitás a que hagamos nuevos los caminos.
Los que guardan un Dios entre paredes,
no oyeron que eras la piedra angular.
Yo te recuerdo predicando en las montañas, en los valles y sobre el agua.
Yo no te creo inalcanzable y solemne,
vos estás conmigo trabajando por el que tiene hambre, dolor y tristeza. Sonriente y cansado, estás junto a mí,
multiplicando y compartiendo.

(Jorge Berli, sj)