Desprendidos para recibir

Nos tienta el ser dueños,
nos atrae el asir,
nos moviliza el poseer…
Y en el monte
cuando subes nos dices:
no se aferren,
no se apeguen,
no tengan.
Porque mi presencia
está asegurada.
Mi compañía es una certeza,
y mi persona,
la única posesión válida.
Entonces descubrirán la plenitud,
la verdadera alegría,
la paz que nadie quita…
y serán fecundos.
Ahora,
vayan,
anuncien,
proclamen…

(Viviana Romero)