Alambradas
A cada lado de las alambradas
se ama y se sufre, se pelea el presente,
se vislumbra el futuro,
se imagina la vida mejor,
se cree, se reza, se blasfema y se duda.
A cada lado de las alambradas
hay buenas y malas personas,
hay corazones sensibles, que sueñan
con destinos remotos y con grandes logros.
A cada lado de las alambradas
hay recelo al pensar en el otro,
el de más allá, el distante, el distinto.
Cuando un hombre abandonó Babel,
temeroso de quien hablaba otra lengua,
tendió la primera alambrada.
La humanidad nueva, al abrigo de Pentecostés,
está esperando que se nos abran los ojos,
la garganta y los brazos.
(José María R. Olaizola, SJ)
se ama y se sufre, se pelea el presente,
se vislumbra el futuro,
se imagina la vida mejor,
se cree, se reza, se blasfema y se duda.
A cada lado de las alambradas
hay buenas y malas personas,
hay corazones sensibles, que sueñan
con destinos remotos y con grandes logros.
A cada lado de las alambradas
hay recelo al pensar en el otro,
el de más allá, el distante, el distinto.
Cuando un hombre abandonó Babel,
temeroso de quien hablaba otra lengua,
tendió la primera alambrada.
La humanidad nueva, al abrigo de Pentecostés,
está esperando que se nos abran los ojos,
la garganta y los brazos.
(José María R. Olaizola, SJ)