Adaptado de los ejercicios de san Ignacio
San Ignacio cuenta que un día Dios estaba mirando el mundo. Y se dio cuenta de la diversidad de las personas, de que a simple vista todo era bonito, y parecía tranquilo. Pero que si mirabas de nuevo, con más intensidad, te dabas cuenta de que hay cosas buenas, y cosas malas. De que hay gente que se ríe, muy alegre y afortunada; pero que también hay gente que llora porque no ha tenido suerte. Que hay gente muy generosa; pero también otra gente muy egoísta, que hace daño a otros. Cuando vio todo esto, Dios dijo: «Tengo que hacer algo». Y lo que hizo fue venir a estar con nosotros. Se llamó Jesús y encendió una luz para que todos pudiéramos ver mejor el mundo.