Vocación de sanar

Solo en ti encuentro mi descanso.
Tú eres, Señor,
el aceite y bálsamo en mis heridas,
el árbol que me regala su sombra,
el agua fresca en mis sequedades.
Tú eres la mano que me levanta y sostiene,
las raíces por donde empiezan a crecer nuevas flores,
las alas que me hacen volar en libertad.
El mundo anda enfermo y cabizbajo.
Odio, injusticia, pobreza y violencia
son sus principales dolencias.
Sigue llamando a hombres y mujeres
que tengan como vocación primera sanar:
sanar tristezas, sanar historias,
sanar familias, sanar la iglesia,
sanar heridas, sanar la tierra.
A ti levanto mis ojos,
buen Médico del alma.
En ti espero y pongo toda mi confianza.

(Fermín Negre)