Formas de esperar

Hay una espera forzada,
impaciente, ansiosa.
El calendario se congela.
El humor no mejora.
La inquietud se desborda
con cada gota de frustración
que cae en un vaso ya rebosante
El tiempo conspira
para negarte el futuro.

Existe otra forma de esperar.
La de quien se fía de las promesas
y convierte el reloj en mensajero,
cuyo avance, inexorable,
terminará trayendo el mañana,
tan deseado.
La de quien sonríe al presente,
por sombrío que parezca,
sabiendo
que la última y mejor palabra
está aún por decirse.

Hay quien logra
convertir la impaciencia
en esperanza.

(José María R. Olaizola, sj)