Bendecir

Bendecir
es hablar en verdad,
es mostrar posibilidades,
es desvelar la grandeza
oculta en lo sencillo,
es reconocer
semillas de divinidad
que llevamos sembradas
en la entraña,
y comprender que las palabras
a menudo traen el eco de Su voz.
Solo hay que aprender a escuchar.
Bendecir
es quitarse la venda
;de los ojos,
para ver que la realidad estaba
habitada por el Espíritu,
y comprender
que estamos llenos
;de gracia.
Es hacer de la vida
un campo de juego
y no de batalla.
Es llamar al otro
por el nombre
que Dios mismo le dio.
(José María R. Olaizola, sj)