Somos pequeños árboles

Señor, Jesús, somos pequeños árboles
junto a la corriente del Rio de tu gran amor.

Sólo tú nos das fertilidad,
solo tú sabes donde podar nuestras vidas para sanarlas,
para cubrirlas de flores,
para poder llevar a cada rincón de la tierra
frutos que sanen el hambre de aceptación y cariño
que hay en el corazón de cada persona.

Labrador paciente y generoso,
tú nunca te cansas de darnos tiempo para madurar.

(Mariola López Villanueva, rscj)