Si el cuerpo supiera
Si el cuerpo supiera
quién eres Tú!
Si la razón le transmitiera
a la oscuridad de la carne
tu buena noticia!
Si te abriéramos
las cinco puertas
de los sentidos,
en este océano tuyo
de aromas y sabores,
de brillos, cantos y caricias
donde vivimos sumergidos!
Si la sangre se tiñera
del color de tu encuentro
y llevara este fervor
hasta la última célula
por la angosta discreción
del capilar más diminuto!
Si las honduras viscerales
sincronizaran contigo
sus prisas y sus pausas!
Si desalojaras
de este templo tuyo
a los mercaderes que negocian
nuestras hambres y riquezas
en el atrio sagrado,
con el susurro clandestino
o la obsesión publicitaria!
Si nuestro cuerpo supiera,
y se fuera convirtiendo
todo entero,
aquí y ahora
en un gesto sencillo
del Infinito
tan humano!
(Benjamín G. Buelta, sj)