En los extremos

En Belén y en el Gólgota callas,
como calla la noche y habla el silencio,
para gritar a los abatidos,
que las estrellas brillan por ellos.

En el establo y en el madero,
te encuentro solo y desnudo estás,
como solos y faltos caminan
los ateos del odio y sedientos de paz.

Hasta el portal y hasta el calvario
llegaron tus pasos y amor desmedido,
para guiar a los caminantes
que en los extremos vagan perdidos.

Y me miras desde el pesebre,
como miras desde la cruz.
Y me dices que siga adelante,
que por delante vas siempre Tú.

(Seve Lázaro, SJ)