De Dios y del César

Césares efímeros,
engañosos amos
de vida y conciencia.
Ofrecen aplausos,
prometen fortuna
otorgan prebendas,
proponen atajos
sin viaje de vuelta.
Seducen, envuelven,
alimentan egos,
ejercen violencia
con puño de hierro,
y guante de seda.
Ídolos de un día,
sentados en tronos
de falsa grandeza.
Perfección de piedra,
halago de saldo,
carteras repletas.
Poder arbitrario.
Inútil belleza.

De Dios, el amor,
el tiempo,
la mesa.
El pan para todos,
y la puerta abierta.
De Dios, la justicia
peleada, sincera.
El perdón gratuito.
La pregunta viva,
la verdad molesta.
El abrazo limpio.
La bondad.
La fiesta.

(José María R. Olaizola, sj)