Deseos

¿Qué sale de mi corazón?
Quisiera, Señor, que sólo salieran
deseos de hacer el bien a los demás,
de compartir mi vida con los que más sufren,
de darme sin excepción a todos.
Pon en mí, Señor,
deseos de colaborar en la construcción de un mundo más justo,
de caminar con el corazón lleno de paz,
deseos de ser reflejo de tu luz en donde vivo y me muevo cada día,
de unirme a aquellos que unen sus brazos
para empujar una humanidad nueva,
deseos de amar sin buscarme a mí mismo.
Moldea mi corazón, Señor.
Tú que dijiste «bienaventurados los limpios de corazón»,
dame un corazón como el tuyo para poder vivir siempre
como un niño, con su inocencia interior y sus ojos grandes
para admirar la belleza de la vida que nos das cada amanecer.

(Fermín Negre)