Amar lo amable no es Amor...

A ti, que me escuchas, te digo, ama a tus enemigos. Haz el bien a quien te critica. Bendice a quien te pone verde ¿Cómo? ¿Que no tienes enemigos? ¿Que tú no buscas problemas? ¿Que te llevas bien con todos? ¿Que nadie te critica? No es por fastidiar, pero a veces entre las personas, somos terribles. Nos criticamos, nos ignoramos, no nos conocemos bien. En todo caso, tú devuelve amor. Y si alguien te pide algo, no andes midiendo la respuesta. Tú reacciona con generosidad. Da tu tiempo, tus recursos, tus talentos. Trata a los otros como te gustaría que te tratasen a ti. Porque mira, amar a la gente amable, eso es muy fácil. Como admirar a los admirables, o gastar el tiempo con quien es encantador. Lo difícil es abrir tu puerta a quien es insoportable, acoger a quien da problemas, perdonar a quien te falla. Eso es lo que debería distinguirte, y eso mismo es lo que te hace igual que el Padre, que ama así a cualquiera. Ten compasión. Y no te pases el día juzgando, diciendo lo mal que hacen los otros las cosas, o dando veredictos varios. Tú perdona. Porque mira, lo que siembres es lo que va a crecer en tu vida. La manera en que tú trates a los otros será la que al final recibirás.  

(Rezandovoy,  adaptación de Lc 6, 27-38)