Duelo
Las lágrimas son parte del abrazo.
No temas llorar, ni añorar.
No reprimas el duelo ni disfraces la ausencia.
Solo intenta creer, también hoy,
que la última palabra la tiene la Vida,
aunque ahora duela.
La memoria,
que a ratos escuece,
se teñirá de gratitud
cuando el dolor se aquiete;
gratitud por su vida, por su presencia, por su huella.
Pero no tengas prisa, no quieras forzar al tiempo
que todos necesitamos espacio para el duelo.
Llegará un día de resurrección, en que todo estará bien.
Ahora nos queda el amor,
al que ni la muerte puede silenciar.
(José María R. Olaizola, sj)
No temas llorar, ni añorar.
No reprimas el duelo ni disfraces la ausencia.
Solo intenta creer, también hoy,
que la última palabra la tiene la Vida,
aunque ahora duela.
La memoria,
que a ratos escuece,
se teñirá de gratitud
cuando el dolor se aquiete;
gratitud por su vida, por su presencia, por su huella.
Pero no tengas prisa, no quieras forzar al tiempo
que todos necesitamos espacio para el duelo.
Llegará un día de resurrección, en que todo estará bien.
Ahora nos queda el amor,
al que ni la muerte puede silenciar.
(José María R. Olaizola, sj)