Enviados
Jesús de Nazaret,
pobre y humilde,
Tú que nos envías
«como ovejas entre lobos»
concédenos la gracia
«de ser astutos como serpientes»
sin ser hipócritas,
y «sencillos como palomas»
sin ser ingenuos,
para encontrar
«la puerta pequeña»
que nos abaja,
y «el callejón estrecho»
que nos despoja de la escoria
pegada a los costados,
por donde pasa ahora
entre nosotros
la novedad alegre
de tu evangelio,
que va reconciliando
el lobo con la oveja.
(Benjamín G. Buelta, sj)