Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas».
«Native Intuition» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Quiero pedirte prestados tus ojos
para poder contemplar mis cegueras.
Pedirte prestados tus brazos
para tomar mi camilla y ponerme de pie.
Pedirte prestadas tus entrañas
para llenarme de tu misma misericordia.
Pedirte prestado tu corazón
para hacer de mi vida un sacramento de tu amor.
Pedirte prestada tu oración
para poder ser contemplativo en la acción.
Pedirte prestadas tus lágrimas
para aprender a sonreír con los demás.
Pedirte prestado tu peregrinar
para nunca instalarme.
Pedirte prestada tu autoridad de Mesías
para sólo dejarme conducir y llevar.
Pedirte prestada tu encarnación
para que sin perder de vista el Reino
me embarre cada día con nuestra historia.
(Marcos Alemán)