Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo.
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Alégrate tú, que amas al Señor,
que tienes tu corazón puesto en Él
y que deseas cumplir su voluntad.
Tu vida será fecunda,
el Señor bendecirá tus frutos.
El Amor habitará tu hogar
y se extenderá hacia aquellos que más lo necesitan.
Si la oscuridad te envuelve,
tu compasión y tu justicia brillarán como una luz.
Dichoso tú, si tus entrañas se conmueven y eres generoso,
dichoso tú si la honestidad acompaña cuanto emprendes.
Entonces no temerás ni vacilarás,
y todos recordarán agradecidos tu vida.
(Patricia Hevia)