Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo de un celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo».
«Todo es de todos» © Difusión libre cortesía de Luis Guitarra
«3 hours of beautiful instrumental music» © Compartido en Youtube por Peder B. Helland
¡Levanta la lámpara,
que no se ve bien…!
y mira, que tantos anhelan
descubrir la Belleza.
Tú tienes la llave
que abre esa puerta.
Alza un candil,
que al disiparse las sombras
habitadas por fantasmas,
volverá el baile
a llenar cada rincón,
y se escuchará la risa
que aún atesoramos.
Sazona el plato de cada día
con especias
que no han de guardarse
para uno mismo:
humor,
bendición
y tiempo.
Siempre serás rico
para ser generoso.
(José María R. Olaizola, sj)