Al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
«Chile te canta María » © Permisos pedidos a Misión País
Nos faltan héroes, Señor,
nos faltan héroes…
Que te vean entre los pobres
y nos griten
y los señalen…
¡ES EL SEÑOR!
Nos faltan héroes que te vean
en los que huyen,
en los hambrientos,
y que nos griten que Dios está en los pequeños,
y en los perseguidos,
y en los silenciosos…
Nos faltan héroes, Señor, nos faltan héroes…
que nos animen a salir a la calle
a gritarle al mundo que estás
escondido entre las mantas
de una mujer abandonada…
nos faltan héroes.
Hemos visto a un héroe,
que rezaba de rodillas.
Hemos visto a un héroe
que animaba con la voz a los sin voz.
Hemos visto a un héroe, Señor,
hemos visto a Pedro de rodillas,
hemos visto a un héroe…
que se dejó la vida,
y la oración,
y el corazón
en los más pobres.
(Antonio Ordóñez, SJ)