Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: ¡Vamos a la otra orilla! Porque se movían mucho por los pueblos que estaban alrededor del lago. Entonces se subieron a una barca y se echaron a navegar. Pero de golpe se levantó un huracán. Era tremendo. Olas enormes y un viento tan fuerte que parecía que iba a volcar la barca. Los discípulos se morían de miedo. Pero Jesús estaba tan tranquilo que iba dormido y ni se enteraba. Entonces sus amigos le despertaron, y le dijeron: “Jesús, ¿no tienes miedo? ¿no te importa que nos hundamos?” Él se puso en pie y mandó al viento y a las olas parar. Se calmó todo de golpe. Y les dijo a sus amigos: “Pero, ¿todavía tenéis miedo? ¿aún no tenéis fe?” Ellos estaban impresionados, y se miraban, y por lo bajo se preguntaban quién era Jesús, que hasta las aguas y el viento le obedecían.
«En medio de ti.» © Difusión libre cortesía de Proyecto Nahum
Cuando sin saber por qué estoy triste o enfadado…
Cuando pierdo la serenidad, y parece que tengo un huracán por dentro…
Cuando creo que todo me sale mal, me siento solo, triste…
Cuando a mi alrededor todo es jaleo, confusión, y no sé qué hacer…
…confío en ti, Jesús.
Tú que en el aprieto me diste anchura,
que en el dolor fuiste mi consuelo,
ten piedad de mí, escucha mi oración.
Sabedlo, el Señor hizo milagros,
que tiemble el corazón en su presencia,
ofreced la vida con sinceridad y confiad en el Señor.
Mi corazón se llena de alegría,
contigo mucho más que mil tesoros,
que tu luz sea mi luz y solo tú mi Dios.
Tú que has regalado de paz mi vida,
que solo en ti puedo estar tranquilo,
ten piedad de mi, escucha mi oración.