Jesús se fue con Pedro, Juan y Santiago a rezar a lo alto de la montaña. Y, mientras rezaba, el aspecto de su rostro cambió, y sus vestidos brillaban de tan blancos que se habían puesto. De repente, aparecieron dos hombres y empezaron a hablar con él: eran Moisés y Elías, dos personajes muy importantes en el pasado de Israel, y hablaban con Jesús sobre el futuro, y las persecuciones que iba a padecer.
Pedro y sus compañeros se caían de sueño; pero espabilándose, se quedaron impresionados viendo a Jesús y esos dos hombres tan brillantes.
Cuando estos ya se alejaban, Pedro le dijo a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. ¿Y si hacemos tres tiendas para que os quedéis más tiempo?»
Pero no sabía lo que decía. Jesús le contestó que tenían que volver al camino, donde los demás les esperaban.
«Ignacio íntimo.» © Autorización de San Pablo Multimedia
Cuando estás con tus amigos y lo pasas bien...
Cuando acoges a la gente que está triste y les devuelves la alegría...
Cuando te sientas a comer con todos, y charlas, y disfrutas la amistad...
Cuando traes buenas noticias para la vida de los demás...
Cuando llamas a los hombres y mujeres de todas las épocas a seguirte...
…quiero conocerte.