Jn 6, 51-58
Una vez más Jesús se juntó y les explicó a la gente que él era como el pan. Es que eran muy duros de cabeza y no lo entendían. Les decía que tenían que comer su carne y beber su sangre. Le miraban sin entender nada, porque claro, no era para que se lo tomasen al pie de la letra, ¿te imaginas? ¡qué brutos! Lo que quería decir es que tenían que vivir y actuar como él. Porque nosotros podemos alimentar a las personas cuando les damos lo que somos, nuestro tiempo, nuestro talento, nuestro cariño, nuestra inteligencia… y es lo que hizo Jesús.