Un día Jesús tuvo una discusión muy interesante con la gente. Muchas personas iban todo el tiempo detrás de él. Pero Jesús se dio cuenta de que solo le seguían porque hacía milagros, para ver más y más cosas maravillosas. Entonces les dijo: «Si sois mis amigos porque hago trucos, porque tengo poder, porque os doy pan hasta saciaros, es que no me entendéis. Es mucho más importante que creáis en lo que yo anuncio». Ellos le preguntaron: «¿Y qué es lo que tú anuncias?» Jesús les dijo: «Lo que yo anuncio es que Dios nos da un pan diferente. Un pan que quita el hambre más profunda. No la del estómago, sino el hambre de alegría, de justicia y de amor». Ellos dijeron: «Danos ese pan». Jesús les dijo: «Yo soy ese pan».
Lo que quería decirles es que vivieran como él vive, que actuaran como él actúa y que aprendieran de sus palabras, que es lo que de verdad nos llena.
«Lo nuevo ha comenzado.» © Autorización de Nico Montero
Dame el pan de tu alegría,
para que sepa vivir contento.
Dame el pan de tu justicia,
para que sepa ser una persona justa.
Dame el pan de tu amor,
para que sepa amar a los demás.
Dame de tu pan, dame de beber,
que ando sediento y hambriento de ti
no hay nada que calme mi sed.
Dame de tu pan,
dame de beber,
que sólo tu cuerpo y tu sangre
avivan mi fe.
Dame de tu pan,
dame de beber,
que yo aliviaré a mis hermanos
con hambre y con sed.
Dame de tu pan,
dame de beber,
que sólo tu cuerpo y tu sangre
avivan mi fe.